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miércoles, 13 de octubre de 2010

Mineros chilenos rescatados muestran sorprendente buen estado

Como en un alumbramiento múltiple, lleno de emoción y no pocas lágrimas, varios de los 33 hombres atrapados en un yacimiento desde hace más de dos meses seguían llegando a la superficie durante la madrugada del miércoles para reunirse con sus seres queridos.

Los recién rescatados agradecían a los rescatistas el hecho de haberlos traído virtualmente de nuevo a la vida mediante esfuerzos, hasta ahora exitosos, que elevaron al orgullo nacional chileno a un nuevo techo.

Con pocas esperanzas de sobrevivencia, los 33 hombres lucharon primero durante 17 días, desde que quedaron sepultados por toneladas de roca el 5 de agosto, hasta que mediante un breve mensaje escrito hecho llegar a la superficie a través de una sonda se confirmó que todos estaban bien.

La épica minera comenzó a llegar a su fin en los primeros minutos de este miércoles, cuando el primer hombre, Florencio Avalos, de 31 años, salió de una jaula de acero izada por un cable a lo largo de un extenso túnel y con 70 centímetros de diámetro, en un ducto que demoró más de un mes en construirse.

Detrás de Avalos, siguieron seis mineros más. El más reciente de ellos fue José Ojeda, un viudo de 47 años que se hizo conocido porque fue quien escribió en letras grandes rojas sobre un pedazo de papel aquel mensaje que pasmaría a muchos el 22 de agosto.

El texto decía: "Estamos bien en el refugio los 33". El mensaje indicaba que no sólo habían sobrevivido al derrumbe dentro de la mina, sino que lograron, racionando comida, mantenerse vivos por más de dos semanas mientras en la superficie se intentaba dar con ellos por medio de pequeños tubos para intentar localizarlos.

Tras conocerse que el grupo estaba atrapado en un refugio o salón de comidas a 700 metros de profundidad, se emprendieron varios planes de rescate usando tres perforadoras con distintos rumbos, desde el refugio hasta un taller, a menor profundidad, en los 622 metros, y al que los trabajadores tienen acceso por medio de un pasillo, e incluso una de las perforadoras trataba de llegar a ese mismo pasillo.

"Creo que tuve una suerte extraordinaria... estuve con Dios y con el Diablo...y me agarré a Dios", dijo Mario Sepúlveda, de 40 años, y quien tras ser izado del socavón y ser sometido a rápidos análisis médicos hizo una breve declaración transmitida por la televisora nacional.

Sepúlveda incluso trajo consigo una bolsa amarilla y de ella sacó pequeños pedazos de piedras que regaló a los jefes del rescate.

Más tarde el ministro de Minería, Laurence Golborne, mostró la piedra gris con puntitos dorados a parientes instalados abajo en el campamento que levantaron desde el comienzo del accidente.

También salió el boliviano Carlos Mamani, y quien en pocas horas recibirá la visita de su presidente, Evo Morales.

El presidente Morales, que prometió que le conseguirá a Mamani en Bolivia trabajo y casa, llegará al aeropuerto de la ciudad de Copiapó, capital del norteño departamento de Atacama, donde se ubica la mina. De la terminal, Morales irá al hospital.

Los protocolos del equipo de rescate contemplan que una vez que el minero sale del socavón es sometido a rápidos chequeos médicos en un hospital de campaña en el yacimiento y más tarde transportados en grupos de dos, tres o cuatro mineros en helicóptero de la fuerza aérea chilena hasta el hospital de Copiapó, en un trayecto de unos 12 a 15 minutos.

Cada salida fue celebrada por el equipo de rescate con aplausos y vivas a Chile, mientras el minero se estrechaba en largos abrazos con sus parientes e integrantes de los rescatistas.

Luego de que el primer minero emergió a la superficie, el presidente Sebastián Piñera, quien ha estado acompañado de la primera dama Cecilia Morel, advirtió que esta mina y muchas más no volverán a abrir mientras no se garantice la seguridad de sus trabajadores.

"Lo mismo va a ocurrir con muchas otras minas de nuestro país, y no solamente en la minería, estamos haciendo una revisión completa de las normas de seguridad y protección de nuestros trabajadores en el sector de la minería, de la construcción, en el transporte, la pesca y la industria", señaló.

Destacó el ánimo y el buen aspecto físico con el que han salido los mineros rescatados hasta ahora. Entre los próximos en salir, están trabajadores que presentan diversas patologías, como diabetes, hipertensión e infecciones dentales y de la piel, según han explicado miembros del equipo de rescate.

Los mineros son izados en una cápsula de acero, de unos 400 kilos, y 53 centímetros de diámetro, pintada con los colores de la bandera chilena, blanco, azul y rojo.

La jaula, bautizada como Fénix, por el ave mitológica que renace de sus cenizas, bajó primero a un rescatista y más tarde a un paramédico, que ayudaran no sólo a evaluar el estado de los mineros, sino a los mineros a ubicarse dentro de la estrecha cápsula.

Contrario a lo previsto, el gobierno permitió observar la salida del minero de la jaula, desde una plataforma a unos 150 metros de distancia, y también difundió imágenes del fondo del socavón y en las que se puede observar al grupo de hombres en pantalones cortos, sin camisas y aplaudiendo al ver llegar su vía de escape.

También aunque no estaba planeado que familiares estuvieran en la plataforma donde salen los mineros y ni siquiera que los medios pudieran observar desde lejos esa salida, Piñera dijo que accedió ante los ruegos de hijos de los mineros.

Además "esta operación de rescate ha sido tan maravillosa, tan limpia, tan emotiva que no había ninguna razón para no permitir que todos los ojos del mundo no pudiera seguirla".

"Y por eso permitimos el acceso", dijo el mandatario.

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