De acuerdo con Fermín Troncoso, de la Federación Nacional de Detallistas de Provisiones, y René Japa, de la Asociación de Detallistas del Distrito Nacional, los precios de la libra de azúcar oscilan entre 16 y 20 pesos.
Aunque reconocieron que se han producido muchas alzas, afirmaron que se ha producido un poco de pánico por los aumentos de los precios de los combustibles, de la tarifa eléctrica y de otros insumos, pero según ellos la canasta familiar se mantiene estable.
Japa dijo que el Instituto Nacional del Azúcar (Inazúcar) tiene que garantizar un buen suministro del azúcar y eso es lo que ha provocado que los detallistas tengan que recurrir al mercado negro.
Dijo que mientras se restringa el despacho de la azúcar habrá cabida para la especulación.
Advirtió que ha mermado la cantidad de azúcar que se produce en los cañaverales.
Los comerciantes detallistas fueron cuestionados por periodistas tras concluir una rueda de prensa en el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), en donde funcionarios del cabildo dieron a conocer un estudio realizado sobre los decibeles apropiados y los colmados que exceden los niveles apropiados.
Según Domingo Contreras, secretario del ADN, la institución que realmente tiene que controlar los niveles de ruido son únicamente los ayuntamientos.
El ADN creó una comisión para elaborar un proyecto que será aprobado por la sala capitular para que haya una normativa de los niveles adecuados de decibeles que pueden utilizar los colmados.
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