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miércoles, 7 de diciembre de 2011

En la opinión de German Dominicci: Boroneo o compromiso con las masas?

Por German Dominicci.
Cuentan que en una ocación a inicios de la campaña electoral del año 1996 cuando Maribel Gassó fue escogida como compañera de boleta del candidato presidencial del PRSC, Jacinto Peynado, ésta asistió junto al extinto líder del reformismo, el dr. Joaquin Balaguer a un almuerzo, y en el momento en que ambos salían y se montaron en el famoso carro del doctor, una multitud de "seguidores" del partido colorao comenzó a vitorear a la recién señalada, gritaban delirantes: Maribel, Maribel, Maribel... momento que la susodicha candidata aprovechó para preguntarle al viejo caudillo si podía salir a saludar a las masas que le aclamaban, y éste solo se limitó a responder: "bueno, si usted anda con suficiente dinero vaya y acérquese".
Estas palabras del viejo zorro de la política vernácula, intentaban explicarle a la entonces joven candidata, de la manera mas simple y sincera que cuando se está en actividad proselitista hay que ir no solo con el corazón y el pecho abiertos, sino que hay que tener ademas el bolsillo de par en par, el aun presidente quiso mostrarle de una vez y por todas lo que popularmente se conoce como la cultura del "dame lo mio", costumbre muy criticada por el partido contrario al que es descubierto en esa acción, pero que éste mismo practica desde que tiene la misma posibilidad, pues no es uno ni son dos los casos de políticos, "militares" y militantes que practican la entrega de dinero, canastas, fundas, sobrecitos o lo que sea para congraciarse con los votantes.
Pero esa práctica no es propia de nuestros tiempos, pues aunque guardando las abismales distancias, algo muy parecido se recuerda en la multiplicación de los panes y los peces, uno de los milagros de Jesús quien, con una pequeñísima cantidad de alimento, fue capaz de dar de comer a toda una multitud que le seguía.

El suceso está contado seis veces en los Evangelios: los cuatro Evangelistas describen la primera, en que cinco mil hombres son saciados con cinco panes y dos peces; Mateo el Apóstol y Marcos, además relatan la segunda en que cuatro mil hombres se alimentan de siete panes y "unos pocos pescados".


Jesús lo hizo, según sus apóstoles, porque la gente al verle pasar cuando predicaba, le seguía por los caminos para escuchar sus palabras, lo que hacia que permanecieran largas horas escuchando al maestro, y éste al final de la jornada no quería que la multitud congregada a escucharle regresara hambrienta a sus lugares.

Lo antes dicho claramente hace pensar que esto marca la pauta a cualquier persona que desee ser escuchada, es decir que no solo hay que tener un excelente argumento, también hay que responder al esfuerzo que hace la gente para seguirte, porque, me pregunto yo: cual hubiese sido el mensaje que viajaría de boca en boca en aquellos tiempos de haber sucedido lo contrario?... Que pensarían los contertulios al ver pasar de nuevo al maestro después de escucharle un día entero con el estomago vacío?.

No quiero entrar en polémicas teológicas, solo quiero hacer una comparación sana de una cosa y otra, de como la práctica de poner algo en la mano de tus seguidores es, ha sido, y será algo normal e incluso bien visto por el que da como por el que recibe. Por eso nuestra sociedad ve con naturalidad (aunque lo critiquen) que los morados entreguen fundas que dicen "e' pa' lante que vamos", tarjetas solidaridad y bonogas, como también los blancos entregaban cubos en navidad, que eran las mismas funditas pero en recipiente duro con el eslogan "todavía queda mucho por hacer" y dinero en las caravanas, y los rojos en tiempos del que seguía "a paso de vencedores" entregaran funditas, "muñecas y bicicletas" y mas reciente, pollo, piernas de salami y hasta puercos, pues como dice un viejo roble de mi barrio en La Vega: el cariño entra por las manos, así que si usted quiere moños bonitos, empiece a aguantar "jalones".






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