Prácticamente todos los niños en edad escolar pueden escribir la pregunta ``¿existe Santa Claus?'' en el recuadro de búsquedas de Google. Dos o tres clicks y terminas en sitios que te venden cartas a tu nombre desde el Polo Norte o dan consejos a los padres acerca de cómo hacerle creer a sus hijos el cuento de San Nicolás.
``Tengo una relación de amor y odio con la tecnología y Santa Claus'', expresó Kristi Kovalak, una mujer de San Luis que tiene dos hijos, de cinco y 11 años. ``Lo interesante de Santa Claus es precisamente no poder explicarse el fenómeno. La tecnología estimula el conocimiento, y uno se informa instantáneamente. Lo juro: Google es el gran enemigo del relato del Polo Norte''. Kovalak está a favor de que sus hijos aprovechen todo lo que ofrece la internet, pero no les permite investigar mucho sobre Papá Noel.
`No atendemos llamadas computarizadas. No ponemos listas de los regalos que queremos en la internet. No tengo aplicaciones sobre Santa Claus en mi teléfono'', manifestó.
Kevin Grout y su esposa pasaron un susto hace poco cuando veían un desfile de Santa Claus en la televisión con sus hijos, de seis y cuatro años y una bebé de cinco meses. Súbitamente apareció una publicidad que genera un correo electrónico con un saludo de Santa Claus. Cambiaron de canal justo a tiempo. ``Tenemos el drama de mantener la ilusión viva, sobre todo con la mayor. Es una niñita inteligente'', comentó Grout, de St. Catharines, Ontario. ``Me parece obvio que fue un error pasar esa publicidad durante un desfile de Santa Claus, cuando muchos chicos pueden estar viendo''. Leer mas aquí.
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