Con 77 años a cuestas y envejecido, Noriega, el hombre de origen muy humilde que llegó a ser el último dictador militar que ha tenido Panamá en su historia, cierra con su regreso un ciclo para hacer frente a la Justicia de su país y pagar cuentas.
El exmilitar regresó a Panamá desde Francia tras cumplir 20 años de cárcel por narcotráfico en Estados Unidos, a cuyo Ejército se entregó el 3 de enero de 1990 sin disparar un tiro cuando invadieron su país el 20 de diciembre de 1989, y casi tres años en París, por blanqueo de capitales.
"El criollo del terraplén", como lo llaman algunos por el arrabal donde nació en la capital panameña, el MAN (por sus iniciales) o el "Tigre", como lo conocían sus compañeros de armas más cercanos en los tiempos en que su voluntad era ley en el país, tiene que cumplir condenas por asesinato, desaparición de personas y hasta por deforestación, acumuladas en juicios en ausencia. Leer mas aquí.
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