El sacerdote jesuita, Jesús Cortes, estaba de visita el 22 de abril cuando fue el robo en la iglesia de Copacabana, en la población del mismo nombre a unos 80 kilómetros al oeste de La Paz.
William Sánchez Peña, el abogado de los pobladores de Copacabana, dijo a la red Bolivisión el jueves que el cura tuvo varias contradicciones en sus declaraciones y que en su teléfono se registraron más de ocho llamadas a mujer implicada en el robo. Estos indicios llevaron al juez Juan Arroyo a enviar a Cortes a prisión preventivamente.
La virgen de Copacabana es la patrona de los bolivianos y en el robo fue despojada de sus joyas de oro y su corona, entre otros adornos.
En mayo, centenares de peregrinos salieron en procesión por las calles de La Paz con la imagen de la virgen y donaron dinero para hacerle nuevas joyas.
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