Aída Trujillo Ricard no puede creer aún que ganara en el país el Premio Nacional de Novela 2008, con su narración “A la sombra de mi Abuelo”.
Hablando desde Madrid por vía telefónica, la escritora (que tiene otras tres novelas inéditas y un libro de poesía por publicar) declaró: “No me lo esperaba. Agradezco a los jurados que repararan en esta obra que pretendió ofrecer una perspectiva familiar de mi abuelo”. Dijo que Trujillo fue el ser más tierno que la acompaño en su infancia.
Los jurados del renglón Novela fueron Manlio Argueta, novelista de El Salvador; el narrador azteca Jorge Volpi, recnocido por la fuerza de su obra de ficción y Roberto Marcalle Abreu, por la República Dominicana.
La obra, que publicó Editorial Norma, es una narración bien lograda de la convivencia de la autora, quien además de su experiencia personal, desarrolló una investigación de un aspecto que pocas veces se maneja sobre el que fuera “Hombre de Horca y Cuchillo” en el país durante 31 años.
Muchas personas vinculadas a la literatura comprendieron la calidad del veredicto, que de seguro generará comentarios públicos o privados, aceptan la calidad del texto, pese a lo cual aceptar tranquilamente la decisión (repecto de la cual no hay otra posibilidad, dado que es inapelable y definitiva), no deja de ser un trago amargo para aquella gente para la cual es inadmisible hablar bien de Trujillo.
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