Mayor fue su sorpresa cuando una llamada telefónica les informaba que la novia había sido secuestrada, que estaba en poder de un tal Ruddy Pérez y no sería devuelta. Esta situación provocó el ingreso a un centro médico de la madre de la joven, quien temió que lo peor ocurriera a su hija.
Pero el temor inicial se fue disipando cuando se investigó que Ruddy Pérez era un ex esposo de la joven novia y que había decidido reconciliarse con ella precisamente el día en que sería celebrada la boda y, aunque en principio se simuló un rapto, todo se aclaró al día siguiente. Durante toda la noche agentes de la Policía, fiscales y parientes buscaron en vano el lugar donde estaría “secuestrada” la joven novia, mientras la madre sedada seguía llorando el “secuestro de su hija”.
Grande fue la sorpresa del novio, los hermanos y los invitados a la boda cuando este domingo la versión cambio y se difundió la noticia de que no hubo ningún secuestro, sino que la joven Méndez había decidido, el mismo día en que se casaría con Marcos Antonio Olivero y Olivero, restablecer sus relaciones amorosas con su antiguo esposo, un ex marino, de nombre Ruddy Pérez.
Marcos Antonio Olivero, quien afirma querer a su novia, se lamenta de que haya ocurrido ese incidente y dice ignorar las razones que tuvo su prometida para permitir que su noviazgo llegara hasta el matrimonio civil y abandonarlo cuando estaban preparando la fiesta matrimonial.
“Como cristiano yo mantuve un año de amores con Doris y nunca la toqué, esperando el momento del matrimonio. Nos casamos por el civil y este sábado sería la fiesta con los familiares y amigos”, precisó.
El restaurante María Montez, uno de los más tradicionales y reconocidos de la ciudad, fue decorado para la ocasión; los visitantes se preparaban para una gran fiesta, sin contar con que la novia nunca se presentaría y que, por el contrario, pasaría esa noche, la luna de miel, en brazos de quien habría sido su compañero durante varios años.
Según las consultas de los investigadores, todo parece indicar que Doris Méndez tenía una acción planificada, porque en el salón donde se arreglaba el cabello, en víspera de su boda, lucía nerviosa y a veces lloraba.
Fue del salón que desapareció cuando abordó una motocicleta tipo pasola con rumbo desconocido, pero bien identificado por su acompañante, que fue directo al hotel Brasil, donde la pareja pasó la noche, dejando “plantado” al novio.
Uno de los familiares de Doris Méndez murió en un accidente al retornar a su casa tras frustrarse la boda.
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