A través del aguerrido cura Manuel Ruiz, el Episcopado Dominicano, que agrupa a todos los obispos (incluyendo los ominosamente indiferentes; los que han pedido perdón y los íntimamente avergonzados, aunque no lo declaren), ha dicho: “No basta con decir que son culpables, sino que, hasta que se demuestre lo contrario, los sacerdotes acusados por pederastia, son inocentes”. Consecuentemente, recomiendo a los padres de familia que no manden sus niños y niñas al catecismo porque pueden ser violados en la sacristía (mientras se demuestre lo contrario).
POR RAMON COLOMBOBO
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