TUCSON. El Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS, por su sigla en inglés) está tomando medidas ante el notable incremento de indocumentados que cruzaron la frontera sur en octubre pasado y la posible llegada de una nueva oleada antes de que Donald Trump asuma la Presidencia en enero próximo.
“Definitivamente estamos viendo a más inmigrantes indocumentados tratando de cruzar la frontera. En las últimas semanas hemos visto más inmigrantes y más tráfico de drogas”, dijo a Efe Art del Cueto, vocero del Sindicato Nacional de Agentes de la Patrulla Fronteriza en el Sector Tucson, en Arizona.
El DHS anunció este fin de semana el envío de 150 agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza al sector del Valle de Río Grande, en el sur de Texas, donde la agencia federal ha reportado un repunte en el número de niños y unidades familiares que cruzan ilegalmente la frontera, en su mayoría provenientes de países centroamericanos.
Está previsto que los agentes, transferidos desde Arizona, California y el sector Del Río, en Texas, permanezcan en los centros de procesamiento de McAllen y Weslaco al menos los dos próximos meses.
Este periodo coincide con el plazo que resta antes de que Trump asuma la Presidencia, el 20 de enero próximo, meses en los que Isabel García, directora de la Coalición de los Derechos Humanos en Arizona, cree que habrá un aumento de indocumentados que intenten llegar al país antes de que el republicano se haga con el poder.
“Sin duda va a ver gente que trate de cruzar la frontera antes de enero, pero, aunque Trump sea presidente, los migrantes van a seguir cruzando”, dijo a Efe.
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