Pégate y Gana con el Pachá

Por Heddel Cordero

Heddel Cordero
(Publicista)

Los programas de tv, las estaciones de radio, los periódicos, en fin, todos los medios de comunicación, así como los productos que adquirimos en los supermercados y que son de uso cotidiano de la gente, también pueden responder a estrategias que establezcan el tipo de público al que van a ser orientados.

Por la forma como están concebidos, por la manera como estructuran su comunicación, por su precio, por su esencia como marca, etc., se puede establecer a qué target van orientados.

Entonces, en vez de hablar acerca de las bondades de un producto, de si es bueno o no, debemos hablar de si la estrategia que emplea es correcta en función del público al que aspira conquistar.

Desde ese punto de vista,  el programa de TV Pégate y Gana con el Pachá es un formidable ejemplo de un posicionamiento bien concebido y de una clara definición del público al que está orientado.

La forma como está conducido, el lenguaje que emplea, el tipo de contenido que posee, el colorido de lo que sirve, nos habla de que es un espacio concebido para un target C y D que gusta de este tipo de televisión y de este formato.

El emisor y el receptor están conectados por un hilo que les une perfectamente. Es un código preciso que establece una comunicación sin divagaciones, sin inconvenientes, sin dificultades.

Los productores de ese espacio están conscientes de que no pueden ofrecer como contenido una conversación de Bruno Rosario Candelier y Diógenes Céspedes sobre semiótica a ese público,  porque jamás conseguirían sintonizar con él.

El asunto es simple : ellos sirven el contenido que gusta al público que buscan. Simple esquema de posicionamiento. Le habla a quien tiene que hablarle y le gusta a quien tiene que gustarle. Eso es todo. Lo demás sobra : si es bueno o malo es relativo. Depende de quien lo juzgue y el punto de vista bajo el cual se juzgue. En términos de marketing las marcas tienen su público y es ahí donde hay que juzgarlo. El valor de un producto (y un programa de tv lo es) está en función de lo que represente para quien lo consume.