En este tercer día, de los 15 que ha dispuesto el Gobierno para asistir a los extranjeros que quieran volver a su país por voluntad propia, solo tres haitianos abordaron un autobús de Migración desde la capital hacia Jimaní.
El autobús, esta vez más pequeño y con aire acondicionado, partió desde la Dirección General de Migración después de la 1:00 de la tarde. Allí estaban Jonar Alexandre y Sonson Jan, ambos de 20 años, y el señor José Baptiste, un invidente de 50 que vivió en el país durante dos décadas trabajando la caña.
Así, son nueve los haitianos que desde Santo Domingo han decidido dejar voluntariamente el país a través de la asistencia gratuita de transporte que ofrecerá el Gobierno a los indocumentados hasta el 6 de julio.
Cuando Baptiste habló con elCaribe ya estaba agotado. Había repetido su historia a todos los periodistas que se aproximaron al Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, desde donde sale el transporte hacia la frontera. Y en unos minutos contó que, aunque se inscribió en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, decidió no completar su documentación porque costaba mucho dinero.
Eso sí, aunque su destino ahora es Puerto Príncipe, no rechaza la idea de volver a pisar tierra dominicana. “Yo no puedo decir que no vuelvo. No puedes decir que no vuelves para después estar aquí”, concluye.
Estos tres haitianos se suman a los otros seis que han utilizado el transporte del Estado para retornar a su país de origen.
El Gobierno dispuso desde el pasado martes y hasta el 6 de julio la asistencia gratuita de transporte para los indocumentados que no se pudieron acoger al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros que quieran dejar el país de manera voluntaria. De los nueve beneficiados de esta iniciativa, habían seis hombres y una mujer que viajó con su hermana adolescente y su bebé de un año.
De todos los que partieron solo tres se establecieron en el país antes de octubre del 2011, fecha en que se convierten en candidatos para aplicar al Plan de Regularización.
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