Katie May subió su última foto a su perfil de Instagram el 1 de febrero pasado. "Maravilloso lunes", publicó. Horas después sintió un dolor en cuello y se hospitalizó. Los médicos le diagnosticaron una arteria carótida bloqueada. Tuvo un derrame cerebral "catastrófico" que la dejó en coma. El jueves por la noche fue desconectada de su respirador artificial y murió.
A los 34 años, May se autoproclamaba la "reina de Snapchat". Lo cierto es que era una verdadera superestrella de las redes sociales. Su cuenta en Instagram tenía casi dos millones de seguidores que cada día dejaban comentarios en sus fotos provocativas, cargadas de sensualidad
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