NUEVA YORK.- La cárcel de más alta seguridad en los Estados Unidos, “El Centro Metropolitano de Detenciones en Brooklyn” (MCD), y donde guardan prisión más de 200 dominicanos por diferentes delitos, es a donde fue llevado el capo de drogas mexicano Joaquín-Chapo-Guzmán, extraditado desde Ciudad Juárez, México.
Hay aproximadamente 2 mil reclusos, los cuales son considerados muy peligrosos.
Dicha prisión está ubicada en la segunda avenida con la calle 26 y es visitada semanalmente por cientos de criollos que acuden a ver a parientes, amigos y relacionados. Para llegar al salón de encuentro con el reo, el chequeo a que son sometidos los visitantes es riguroso y tedioso, llevados a cabo por hombres y mujeres del Buró Federal de Prisiones, una división del Departamento de Justicia.
Entre los criollos que se encuentran actualmente presos en la misma figura Nelson Solano Guzmán, acusado de lavado y tráfico internacional de drogas.
Allí estuvieron Quirino Ernesto Paulino y el ex general de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Francisco Antonio Hiraldo Guerrero. También José David Figueroa Agosto.
Figuras mundiales que se encuentran y han estado presos ahí está Mamdouh Mahmud Salim, descrito como la mano derecha de Osama Bin Laden, condenado a cadena perpetua, y los altos jefes del Cartel del Norte del Valle “Los Combas”, considerados los más sanguinarios en Colombia.
Estuvieron John Gotti, jefe de la familia criminal Gambino, el ex presidente de honduras Rafael Callejas, el ex presidente de Guatemala, Alfonso Portillo, entre otros.
Hay prisioneros de casi todos los países del mundo, con frecuencia amistades o familiares vienen a Nueva York y se quedan por semanas en hoteles para poder ver personalmente sus gentes una vez semanalmente. El domingo es el único día que no hay visita.
Si el confinado no cumple rigurosamente las disposiciones establecidas en el MCD se le prohíbe que lo visiten, al igual que a la visita si las violan, se le niega su acceso, y en muchos casos es expulsado del edificio, o se le impone una sanción por una, dos semanas; uno, dos, tres, cuatro meses; por uno, dos, tres años, o definitivamente, dependiendo de la violación.
Por Ramón Mercedes
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