(Reuters)
Nadie parece poder escapar a la brutal justicia del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, que tras su asunción en 2016 lanzó una sangrienta guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado que ya lleva miles de muertos.
Ni siquiera se salva Paolo Duterte, su hijo mayor de 42 años recientemente vinculado a la mafia china, al que el miércoles ordenó matar si la acusación se comprueba.
"Mis órdenes son matarte y si te atrapan, protegeré al policía que te mate", dijo Duterte durante un discurso ante trabajadores en el palacio Malacanang en Manila, según destacó el periódico británico The Guardian.
El presidente agregó que la orden aplicará a cualquiera de sus hijos que se involucre con el narcotráfico, "para que la gente no pueda decir nada contra mí".
Nadie parece poder escapar a la brutal justicia del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, que tras su asunción en 2016 lanzó una sangrienta guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado que ya lleva miles de muertos.
Ni siquiera se salva Paolo Duterte, su hijo mayor de 42 años recientemente vinculado a la mafia china, al que el miércoles ordenó matar si la acusación se comprueba.
"Mis órdenes son matarte y si te atrapan, protegeré al policía que te mate", dijo Duterte durante un discurso ante trabajadores en el palacio Malacanang en Manila, según destacó el periódico británico The Guardian.
El presidente agregó que la orden aplicará a cualquiera de sus hijos que se involucre con el narcotráfico, "para que la gente no pueda decir nada contra mí".
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