Nadie está a salvo de los contagios, mucho menos los servidores públicos que, irónicamente, son los más expuestos y necesarios para atender las emergencias y preservar la seguridad.
De momento se estima que al menos 23% de los paramédicos (EMS) y 15% de la fuerza policial de NYC están fuera de servicio por causas médicas, acelerando el colapso de salud pública.
Aproximadamente 5,600 oficiales están enfermos por diversas causas en medio de la pandemia, dijo el martes el comisionado de NYPD, Dermot Shea. De ellos, unos 1,200 agentes y otros trabajadores del Departamento han dado positivo al COVID-19, destacó New York Post.
Al mismo tiempo, casi una cuarta parte (23%) de los paramédicos (EMS) del FDNY están de reposo debido a una enfermedad o lesión, lo que equivale a 950 empleados menos en funciones, al domingo pasado.
Con la crisis por COVID-19, sin sorpresa las llamadas a los centros de despacho de emergencia de la ciudad de Nueva York alcanzaron niveles que no se habían visto desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
El aumento está demorando las ambulancias en muchas horas en algunos casos, según un portavoz del sindicato Local 2507.
Los policías también han reducido sus acciones, entre colapso en sus funciones y temores de contagio, mientras cientos de reos y sospechosos han sido liberados para evitar más casos de coronavirus en las cárceles triestatales.
Ya a mediados de marzo, FDNY cambió su protocolo de trabajo: en un esfuerzo por mantener las capacidades de respuesta de emergencia modificaron los turnos de los trabajadores de EMS de 8 a 12 horas, al tiempo que eliminaron las rotaciones de empleados para reducir la propagación del virus.
En ese panorama se han dado casos tan dramáticos como el de la madre hispana Caridad Santiago, quien murió en su apartamento en El Bronx de presuntas complicaciones por coronavirus y su cuerpo estuvo más de 24 horas varado por el colapso en los servicios públicos de emergencia, obligando a su familia a refugiarse en un auto.
Según su hija, los primeros agentes de NYPD que llegaron al hogar no quisieron entrar a la habitación donde yacía la mujer, por temor a contagio, y en cambio pidieron a la adolescente tomar fotos del cadáver.
“El procedimiento de la policía de Nueva York no se siguió en este caso y el asunto está bajo revisión interna”, dijo la portavoz de NYPD, sargento Mary Frances O’Donnell, en un comunicado.
Santiago era además empleada de limpieza de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), otra de las instituciones públicas cuyos trabajadores han reportado muertes, contagios y otros problemas de salud física y mental en esta pandemia.
@eldiariony
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