Sin luz, ni agua, ni combustible diésel, así se encuentran las fábricas de hielo en el sur y el oeste de la Isla tras el embate del huracán Fiona, lo que ha provocado menos horas de producción y, a su vez, falta de abasto ante el alza en la demanda del producto.
Según Carlos Crespo, presidente de la Asociación de Industriales de Hielo, mientras las productoras de hielo en el norte de la Isla regresan a la normalidad, van colaborando con las fábricas que continúan afectadas.
“Las plantas de hielo de Ponce, Mayagüez y el área sur no tienen ni agua ni luz. Están trabajando con pozos y con plantas eléctricas, pero no dan abasto. Hay una planta de hielo en Río Grande que le sobró hielo y le vendió uno o dos vagones a una planta de Ponce y los está ayudando. Mayagüez es el que más chavado está”, aseguró Crespo.
Asimismo, el también propietario de Crespo Ice Plant mencionó que ante la emergencia no se descarta la posibilidad de importar hielo de República Dominicana, como se hizo durante la crisis del huracán María.
“Ahora con esta emergencia no pensé que iba a ser tan grave y me aguanté, pero traté de comunicarme con Salud para conseguir la papelería y tener eso de antemano resuelto”, mencionó Crespo.
De acuerdo con el representante del sector, para la emergencia de 2017 se importaron de Santiago, República Dominicana, 14 vagones, lo que equivale a cerca de 70,000 bolsas de hielo.
En tanto, el chef Iván Clemente de la organización sin fines de lucro Comedor de la Kennedy inició una alianza junto a Crespo y otras cuatro fábricas del área norte para llevar unas 1,000 bolsas de hielo a las familias de la región sur. Esto, además de comida caliente y una pequeña compra de alimentos.
Clemente destacó que su motivación surgió luego que durante el huracán María tuviera que ir a Ponce a buscar hielo para envejecientes de San Juan y “ahora donde necesitan hielo es en Ponce y yendo hacia Ponce llevamos comida”.
Por su parte, al oeste de la Isla, la Fábrica de Hielo Nazario, en Aguada, carece de agua, luz y diésel, por lo que tuvo que reducir el horario de operación, provocando una falta de abasto ante la demanda en el pueblo y en municipios limítrofes.
“Es una situación bien precaria. Nunca se está al 100% con los equipos cuando pasan estas emergencias. La demanda es demasiada y ahora mismo tenemos la problemática del diésel. Hoy mismo (ayer) tenemos diésel hasta las tres de la tarde. Tenemos que cerrar o mantenernos ‘stand by’ con toda la producción apagada”, subrayó.
De acuerdo con Crespo, en la Isla se producen unas 60 millones de bolsas de hielo al año y en caso de falta de energía eléctrica, la demanda se dispara ante la necesidad de los residentes de mantener refrigerados sus alimentos y medicamentos.
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