El tema de la crisis financiera de 2003 debe ser relevante de esta campaña electoral, por cuanto el candidato del PRD ocupó la presidencia en esa ocasión, y si bien se ha querido tejer una historia atribuyendo a las quiebras bancarias fraudulentas la paternidad exclusiva de la crisis, lo cierto es que antes de los colapsos bancarios la estabilidad y la confianza se habían perdido.
La administración de Hipólito Mejía recibió un gobierno con una economía sana, creciendo a una tasa de 10.8% a junio del 2000 y a septiembre a 9.5%; sin embargo en el primer trimestre completo de ese gobierno el crecimiento se desplomó y concluyó el 2000 con un aumento del producto en 5.9%. En 2001 el crecimiento se derrumbó a 1.8% y aunque quieran atribuir ese declive a los atentados terroristas de septiembre, a junio el crecimiento era de apenas 0.1% y a septiembre 1.8%. En el 2002 el PIB aumentó hasta 5.9%, gracias al estímulo derivado del uso de los US$1,100 millones en bonos soberanos. Fueron incapaces de emular las tasas de crecimiento del primer periodo del PLD y aún no explotaba la crisis bancaria.
La estabilidad comenzó a perderse antes de las quiebras bancarias y mientras en el primer gobierno del Dr. Leonel Fernández la tasa de cambio evolucionó de 13.85x1 a 16.39x1 (incremento de 18.33% en cuatro años), resulta que entre agosto del 2000 y octubre del 2002 superó la barrera del 20x1 (aumento de 22%) y ya en diciembre promediaba 21.5x1. La inflación acumulada en el 2002 fue de 10.51%; desde el 1994 no se verificaba una inflación de dos dígitos y eso que contaban con un precio promedio del petróleo de apenas US$26.17 el barril.
La confianza también se comenzó a perder antes de las quiebras y se produjo una caída en la inversión extranjera directa y una ralentización en el crecimiento del turismo, las exportaciones nacionales y un aumento en la salida de capitales y por eso el resultado global de la Balanza de Pagos en el 2002 fue negativa en US$554.7 millones. Cifra sin precedentes y aun en el 2008, donde se produjo el más grave choque mundial de los precios, el resultado global de la balanza de pagos fue negativo en un monto inferior (US$325.8 millones).
Cuando comenzaron los aparentes problemas de liquidez en los tres bancos, otorgaron créditos a las tres entidades (facilidades) por un monto de RD$43,565 millones, violando el tope establecido por la Ley Monetaria y Financiera, sin supervisar el uso de esos recursos, que se esfumaron, especialmente en préstamos a empresas vinculadas, como detectaron tres auditorías realizadas por empresas externas en el 2005. Y la tapa al pomo se la pusieron cuando devolvieron todos los depósitos, reales y virtuales, con la gravedad de que en una sola de las entidades favorecieron a 80 individuos, la mayoría vinculados, que detentaban el 75% de los depósitos en ese banco.
Ese rescate provocó la mayor hemorragia de inorgánicos en la historia del BC, duplicándose la emisión monetaria en un año, conduciendo a una hiperinflación, dislocamiento del tipo de cambio y los resultados sociales plasmados en el aumento del desempleo (de 13.9 a 19.7%) y de la pobreza de 27.7% a 43%. Nunca se había creado tanta pobreza en tan poco tiempo.
Fueron incapaces de preservar el crecimiento, la confianza y la estabilidad en medio de una economía mundial en auge. ¿Cómo el mismo candidato y el mismo equipo van a poder preservar esos logros en un panorama global tan adverso?
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