Investigaciones de la Policía Militar Electoral (PME) determinaron que no se trató de enfrentamiento entre los partidos Revolucionario Dominicano y de la Liberación Dominicano los incidentes ocurridos el domingo en San Víctor, Moca, donde murió Antonio Peña Ramos, de 44 años, di rigente perredeísta.Un informe entregado a la Junta Central Electoral por el jefe de la Policía Electoral, general Napoleón Terrero, quien dispuso una investigación de oficiales, determinó que fue enfrentamiento personal entre la víctima y el homicida, el cual emprendió la huida al momento.
Sin embargo, desde hace 48 horas está detenido el presunto homicida José Rafael Camacho (Bobo) y de acuerdo al informe se cita que el señor Jesús Caraballo Aybar, de los Derechos Humanos de San Víctor, fue testigo del hecho y llevó a Peña Ramos a un hospital.
El presidente de la JCE, doctor Roberto Rosario Márquez, remitió el informe a los miembros del pleno del organismo, copia del cual obtuvo El Nacional, quien dijo fue testigo ocular del incidente.
Se dice que había un problema personal entre la víctima y el victimario desde antes de lo ocurrido el domingo y de acuerdo a familiares el homicida había amenazado con “matarlo con sus zapatos puestos”.
El informe de la Policía Militar Electoral señala que donde estaban los bandereos de los partidos políticos y el lugar donde cayó la víctima, era imposible que un disparo impactara.
De acuerdo a la información Peña Ramos estaba sentado en un banco de la parada de motochoncho y se vio cuando Camacho tenía la pistola en mano e hizo los disparos que segó la vida al dirigente perredeísta.
Se dice que los disparos a quemarropa a Peña Ramos provocaron la confusión y el tiroteo, al confundirse la gente y pensarse que se trataba de un enfrentamiento a tiros entre partidos.
La muerte del dirigente perredeístas al principio se difundió como un enfrentamiento entre seguidores del partido oficialista y el principal opositor durante los bandereos dandoles la bienvenida a los vacacionistas.
El homicidio ocurrió durante bandereos que desarrollaban los simpatizantes perredeístas y peledeístas, lo que fue aprovechado por los homicidas de Peña Ramos para darle muerte, casi frente al destacamento de San Víctor, lo que provocó una balacera.
La Policía informó que en el lugar de la muerte encontró unos 35 casquillos de balas.
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